Todas las funciones corporales físicas, emocionales y cognitivas tienen variaciones (altos y bajos) a lo largo del día, y en determinados momentos están en su nivel óptimo, y en otros, en su nivel más bajo y poco eficaz.
Ya lo dice el cronobiólogo de la Cornell University de New York: “Toda la vida está sometida a un ciclo de tranquilidad y actividad”.
Nuestro rendimiento en general vendrá pues determinado por la situación presente del estado de nuestros biorritmos, que se dan en cada uno de nosotros desde el momento de nacer y se van produciendo a lo largo de nuestra vida.
Parece que hay un acuerdo en considerar que existen tres ciclos de biorritmos en el ser humano:
1. FÍSICO.
Tiene una duración de 23 días. Influye considerablemente en nuestra fuerza, resistencia y rechazo a la enfermedad. Cuanto más elevado está, mejor nos encontramos. Trabaja lentamente.
2. EMOCIONAL.
2. EMOCIONAL.
Dura 28 días. Se relaciona con el optimismo, estados eufóricos, amor, pasión, alegría. Al estar elevado, nos place el contacto interpersonal, somos más creativos y artísticos y mostramos nuestra versión más empática y afectiva. Cuando está bajo, es más fácil mostrarse inestable, deprimido, ansioso y con tendencia a la intolerancia.
3. INTELECTUAL.
Abarca 33 días. Influye en el desarrollo de nuestra inteligencia, razonamiento, cálculo, velocidad de reacción, memoria y capacidad de aprendizaje. En una fase alta, percibimos y enjuiciamos las situaciones del modo más rápido y conveniente. La resistencia a cansarnos es mayor.
Es por ello que conocer nuestros biorritmos, puede ayudarnos a elegir los momentos más adecuados para desarrollar tareas, relaciones afectivas, trabajos intelectuales y otra multitud de posibilidades que generamos con nuestro tipo de vida. En general, hemos tenido días en los que parece que todo nos sale bordado, y otros en cambio, que mejor sería no habernos levantado.
Es por ello que conocer nuestros biorritmos, puede ayudarnos a elegir los momentos más adecuados para desarrollar tareas, relaciones afectivas, trabajos intelectuales y otra multitud de posibilidades que generamos con nuestro tipo de vida. En general, hemos tenido días en los que parece que todo nos sale bordado, y otros en cambio, que mejor sería no habernos levantado.
Recordemos que conocer nuestros biorritmos no nos ayudará a predecir los resultados de lo que haremos, pero si nos indicará cuando el momento es más oportuno para conseguir lo que nos proponemos.
El Dr. Hermann Swoboda (1873-1963), profesor de Psicología de la Universidad de Viena decía:
“Uno no necesita vivir mucho tiempo antes de darse cuenta de que la vida esta sujeta a Cambios Consistentes. Esta deducción no es una reflexión sobre los cambios en nuestro destino o los cambios que se presentan durante las diferentes épocas de la vida. Incluso si alguien pudiera vivir una vida completamente libre de influencias externas, en la cual, nada alterara el aspecto mental o físico, su vida sin embargo no sería la misma de uno a otro día. La mejor salud no evita que el hombre se sienta a veces un poco mal, o menos alegre de lo que es normalmente”.