Uno de los problemas más frecuentes de hoy en día, es cómo afrontar una entrevista de trabajo con ciertas garantías. Si lo planificamos con cierto detalle, es muy posible que tengamos una oportunidad.
No olvidemos unos puntos básicos antes de la entrevista: llegar con puntualidad, correctamente vestido y aseado para la ocasión (conviene tener cuidado con el aliento evitando el alcohol, tabaco, etc…), con una idea clara del posible lugar de trabajo al que optamos (tipo de empresa, actividad de la misma). Esperar que nos inviten a entrar y sentarnos.
Ya en la entrevista, miremos siempre a los ojos y moderemos el tono de voz al de nuestro entrevistador. Hagamos algunas preguntas que complementen nuestro interés sobre el trabajo a realizar (no sólo vamos a escuchar). No exageremos lo que somos capaces de hacer ni pretendamos impresionar. Con una sinceridad clara y directa, es suficiente. No olvidemos sonreír y ser positivos.
Al final, despidámonos de forma cordial con un apretón de manos adecuado (ni demasiado fuerte, ni que parezca que les dejamos la mano). Luego, al llegar a casa, no cuesta nada enviar un e-mail de agradecimiento hacia el entrevistador y la empresa (es bueno recordar el nombre del entrevistador y decirlo cuando nos dirijamos a él).
Creo que este pequeño vídeo adjunto puede ser útil para saber que respuestas son más convenientes en el caso de preguntas difíciles.
Si fuera vuestro caso, os deseo mucha suerte.