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dilluns, 8 d’abril del 2013

LA PSICOLOGÍA CUÁNTICA


¿Sabemos lo que creemos que sabemos?

¿Vemos lo que percibimos o lo que creemos ver? 





En esta imagen, podemos ver cosas distintas o solo una, o varias de forma simultánea. 
Observar un rato con atención y os resultará curioso.



A raíz de los avances en física cuántica, nos estamos dando cuenta de muchas cosas, cada vez más, pero solamente podemos hacerlo nosotros mismos.

Se trata de abrir nuestra mente en toda su dimensión. 

Muy probablemente un conductor no circularía de noche con un solo faro de luz iluminando la carretera. Utilizaría los dos, y no tendría ninguna duda en usar luces adicionales para tener mejor visión, ya que sabe perfectamente, que cuando se conduce, no podemos suponer lo que nos encontraremos, sino que debemos ver por dónde vamos y hacia donde queremos ir.
Con este ejemplo intento explicar el porqué debemos utilizar mucho más nuestra capacidad cerebral. 

Solemos ser muy racionales, pragmáticos y estructurados por lógica y protocolo, y así nos lo enseñan desde pequeños a la gran mayoría de nosotros. 
Y con estos antecedentes, nos resulta muy difícil desarrollar nuestra capacidad de crear, sentir profundamente, disfrutar con la vida y empatizar con ella, y seguir nuestras vocaciones más contenidas por el temor que nos supone salir de nuestra zona de seguridad, que por otra parte, es la aceptada e impuesta por nuestro entorno vital.

Esa es precisamente la función de la Psicología Cuántica, abrir la posibilidad de “ver” en todas las dimensiones existentes, pero siempre en la medida que nos permita nuestro proceso de aprendizaje y aceptación. 



Tendrá en cuenta todo lo material y científico que hemos ido asimilando a lo largo de nuestra vida con las experiencias vividas, pero también lo que sentimos con lo que vivimos, percibimos y deseamos, habitualmente contenido y/o reprimido por mecanismos de defensa, aceptados sin oposición por nuestra propia consciencia y nuestro gran ego personal. 

Aquello que “pensamos” deductivamente, está muy condicionado por nuestra consciencia racional, pero no así lo que sentimos, que parte de la zona más desconocida del universo interior del ser humano: el inconsciente.

Los sueños y las asociaciones de emociones con estímulos que las desencadenan, siguen siendo una asignatura pendiente que debemos retomar y empezar a entender.

Hay pues cuatro pilares básicos en la Psicología Cuántica:

- Inconsciente

- Ego personal

- Empatía (referida especialmente al microuniverso interno personal)

- Mayor uso del hemisferio cerebral derecho, que se relaciona con las emociones, sensaciones, sentimientos, creatividad, humor y estado de ánimo vinculado a lo que sentimos.

Cada uno de estos apartados, requiere por si mismo, ríos y ríos de tinta para poder definirlos y entender cuál es su función e influencia en cada uno de nosotros. 



Lo creamos o no, y eso depende de la capacidad de implicación de cada uno y de su juicio crítico, tendemos cada vez más a buscar alternativas “no clásicas” para encontrar la felicidad, paz, o bienestar personal. 

Cuántas veces hemos oído comentarios a favor o en contra de la meditación, yoga, relajación profunda, biodescodificación, psicogenealogía, etc.
Pero lo evidente es que cada día se va hablando más y más de una forma de disfrutar de lo que tenemos no tan material y mucho más emocional, y por qué no decirlo, una forma más mística (palabra que proviene del verbo griego myein, "encerrar", de donde mystikós, "cerrado, arcano o misterioso" designa un tipo de experiencia muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas, así como en algunas politeístas como el hinduismo). 

Esa palabra asusta mucho. Estamos acostumbrados a que todo lo que no puede comprobarse, ser tangible o evidente a la razón, debe descartarse sistemáticamente.

Nada es verdad si no puede demostrarse. 

Y desde mi humilde punto de vista, creo que esa afirmación taxativa es indicadora de la ignorancia del ser humano. No somos capaces o nos cuesta mucho, ver más allá de nuestra propia nariz. 
Estamos encerrados en nosotros mismos y en lugar de aprovecharnos para descubrir de que disponemos, únicamente nos preocupa salir de ahí y refugiarnos en la seguridad de lo que conocemos, de lo que nos han explicado y de lo que todo el mundo acepta sin prácticamente rechistar. 

Deberíamos ser más cautos y prudentes al hacer según que tipo de afirmaciones. 
La verdad siempre es relativa e inestable. No ha de ser un dogma ni un paradigma rígido el resto de nuestra vida.

El secreto radica en dejar fluir aquello que sentimos y, a partir de ahí, ir aprendiendo de que manera podemos sentirnos mejor y más felices con nosotros mismos y con los demás.

Seamos más humildes y evitemos que nuestro egoísmo impida la clarividencia de nuestros sentidos más primarios, vivamos un poco más de acuerdo con lo que sentimos, y evitemos en lo posible comportarnos como se supone que debemos hacerlo porque así está escrito.

Si una vez se empezó a escribir una historia, podemos de nuevo reescribirla y cambiar aquellos aspectos que ni nos benefician, ni nos satisfacen, ni nos merecen ninguna consideración.

Esta es la gran meta del ser humano, la de poder redescubrir una forma de vivir mejor y con mucha más satisfacción personal en todas las áreas básicas que nos acompañan. 



El problema es que nos da miedo, y todo aquello que realmente puede cambiar nuestra forma de vivir, permanece desgraciadamente oculto en una habitación oscura y cerrada en el interior de nuestro inconsciente. 

Busquemos la forma de poder abrir una esperanza que nos facilite evolucionar y crecer emocionalmente, porque a nivel racional, lógico y normativo, ya tenemos una madurez más que suficiente.
Si tenéis la oportunidad y el deseo de hacerlo, os recomiendo que conozcáis las ideas (entre otros) de: 

- Fidel Delgado. Es Psicólogo Clínico y la experiencia que dan décadas de dedicarse a acompañar a gente a morir, le han imprimido una visión del mundo muy particular que hace que sus charlas o monólogos no dejen a nadie indiferente.

- Virginia Gawel. Es psicóloga, terapeuta y docente especializada desde 1984 en la integración de la Psicología y la Espiritualidad. Dirige el Centro Transpersonal de Buenos Aires y forma parte del Consejo Editorial del Journal of Transpersonal Research y de Oxigeme Asociación Transpersonal Hispanoamericana.

- Héctor Gómez. Médico psiquiatra y magister en neurociencias. Fundador de la Singularidad, institución que une ciencia y mística. 



En fin, podemos en una sola palabra “despertar” y encontrar respuestas en la lucidez de lo que sentimos o seguir dormidos y mantenernos al margen de aquello que no podemos dominar. 
Es una elección personal que corresponde a cada uno decidir por si mismo.


Cuanto más tiempo pasa y más experiencia acumulo en mi trabajo como psicoterapeuta, más me conciencio de que mis claras raíces y bases iniciales de conocimiento médico, científico, psicológico  y psiquiátrico, deben necesariamente complementarse con muchos otros conocimientos emocionales y alternativos que provienen de muchas otras fuentes, que no solo van a favorecer un enriquecimiento personal, sino que a demás, van a proporcionarme numerosas opciones muy valiosas para poder seguir indagando en el desconocido y complejo mundo de cada uno de nosotros: nuestro universo interior.



Para finalizar este post, solo mencionar en forma de agradecimiento a un amigo, Daniel Turrión, con el que he tenido el placer de charlar numerosas horas de estos apasionantes temas que os he intentado exponer en forma resumida.

Espero que os haya resultado útil, interesante y especialmente provechoso.